La naturaleza se apodera de la Temporada de Artes Visuales en el Museo Claudio Arrau
Exposición permanecerá abierta entre el 6 y el 29 de agosto
Este martes 6 de agosto se inaugura la exposición titulada ‘Registro de una naturaleza diversa’ en la Sala Rosita Renard del Museo Arrau como parte de la segunda versión de la temporada de artes visuales. La actividad es organizada por el Museo Claudio Arrau León de la Dirección de Cultura, Artes y Patrimonio.
La exposición integra una serie curada por Juan Marcos Solís y Patricio Contreras, quienes seleccionaron a los artistas Macarena Arroyo, Fernando Jaque, José Agustín Córdova, Freddie San Martín y Camila Bustos para participar en esta temporada.
El director del Museo Claudio Arrau León, Eduardo Peña, invitó a la comunidad a asistir a esta inauguración, destacando la importancia del arte en la cultura local: ‘Estamos emocionados de abrir nuestras puertas a esta exposición que no solo celebra la creatividad de nuestros artistas, sino que también promueve el aprecio por la naturaleza a través del arte. Esperamos que todos se unan a nosotros para disfrutar de esta experiencia única’.
Precisamente esta primera muestra de Macarena Arroyo que permanecerá abierta hasta el 29 de agosto se sumerge en un viaje a través de obras que combinan técnicas diversas y la aplicación experimental del bordado de aguja sobre bastidor. Cada pieza, inspirada en la flora nativa y endémica de la región, desde hongos y líquenes hasta la silvestre margarita, invita a los espectadores a descubrir la riqueza y la textura singular que el bordado aporta a su obra.
‘Presentes en todas las culturas del mundo, el arte y el bordado están estrechamente relacionados. Más allá de la costura y el decorado, está la expresión creativa que, al fusionarse con disciplinas como la pintura y la ilustración, han llevado a esta ancestral técnica a tener un importante renacimiento en nuestros tiempos, siendo reconocida como una expresión artística por derecho propio’, detalló el curador de la exposición Juan Marcos Solís.
La aplicación del bordado siempre deja entrever los colores de la obra base, debiendo el espectador acercarse y observar atentamente para descubrir las áreas de hilos de colores, produciendo una textura singular en el conjunto de la composición.