Ministerio de la Mujer presenta estudio sobre experiencias de mujeres cuidadoras de personas con discapacidad y dependencia severa
Dentro de los resultados de este estudio, está el deterioro de la salud física y mental de las cuidadoras, además de la alta carga de trabajo de quienes realizan estas tareas
En el marco de la implementación ‘Chile Cuida’, el Sistema Nacional de Apoyos y Cuidados, la ministra de la Mujer y la Equidad de Género, Antonia Orellana Guarello, presentó los resultados de un estudio cualitativo sobre las experiencias de mujeres que realizan trabajo de cuidados no remunerados a personas con discapacidad o dependencia severa.
A partir de esta investigación se identificaron diversas necesidades de las cuidadoras que están estrechamente relacionadas con su rol, tales como la falta de reconocimiento de su trabajo, la escasez de relevo para la realización de tareas del día a día, la ausencia de proyecto de vida personal y la necesidad de capacitación idónea.
Además, en la investigación se relevaron algunos de los efectos que ellas manifiestan en su salud física y mental, así como también temáticas relativas al aislamiento social derivado de la falta de tiempo para relacionarse con otras personas, como amigos y vecinos.
‘El cuidado es una necesidad humana y es un derecho, pero no es una obligación de las mujeres, por lo tanto, desde la perspectiva de la autonomía, por primera vez estamos dejando consagrados, en el proyecto de ley que crea el Sistema Nacional de Cuidados, derechos para las personas cuidadoras no remuneradas’, señaló la ministra de la Mujer, Antonia Orellana, agregando que ‘las conclusiones de este estudio apoyan varias de las acciones que estamos realizando a través del sistema Chile Cuida, como por ejemplo, la creación de 100 Centros Comunitarios de Cuidado que inauguraremos bajo nuestro gobierno, a propósito de la necesidad de espacio y tiempo para actividades personales y de expansión de la red local de apoyo’.
La autoridad señaló que estos resultados también plantean nuevos desafíos, ‘que tienen que ver con la autonomía económica y los proyectos de vida de las mujeres una vez que dejan de cuidar, que es en lo que nos vamos a centrar como Ministerio de la Mujer’.
Lylian Mires, jefa de la División de Estudios y Capacitación del Ministerio de la Mujer y la Equidad de Género, destacó que, dentro de los resultados de este estudio, el deterioro de la salud física y mental de las cuidadoras, además de la alta carga de trabajo de quienes realizan estas tareas. ‘Hay una gran demanda de reconocer este trabajo y darle la visibilidad necesaria, pero fundamentalmente como un trabajo pesado, con todo lo que ello implica’, señaló.
De acuerdo con los resultados de este estudio, la experiencia de cuidar es una experiencia de vida. En promedio, las mujeres que participaron del estudio han cuidado de personas con discapacidad severa (PcDDS) por 10,2 años y hay un número significativo de mujeres que comenzaron a cuidar desde la infancia (a partir de los 10 años, aproximadamente), a sus hermanos, a sus padres -incluso- o a sus abuelos.
En algunos casos, ellas se han hecho cargo, de manera sucesiva o combinada, del cuidado de hermanas, hijos, nietos y esposos, desarrollando una trayectoria de vida totalmente abocada al cuidado de otras personas. Así, su vida completa ha estado supeditada al trabajo de cuidados no remunerados y la vida personal no logra hacerse un lugar diferenciado y diferenciable.
El trabajo de cuidados asumido en edades tempranas afecta la continuidad de estudios técnico-superiores y con ello las posibilidades de empleabilidad futura en condiciones laborales que permitan una buena calidad de vida. Asimismo, largos períodos fuera del mundo laboral implican pérdida de competencias y de trayectorias demostrables para reinsertarse.
Las conclusiones de esta investigación también subrayan cómo el rol del cuidado afecta las rutinas diarias y la distribución del tiempo entre las mujeres que lo desempeñan. Así, las entrevistadas declaran que dedican 11.3 horas diarias a estas labores, contrastando con las 1.8 horas que sus familiares destinan a este trabajo en la semana. En tanto, el fin de semana, ese número asciende apenas a las 2.5 horas; evidenciando la falta de relevo y la ausencia de corresponsabilidad en los cuidados.
Revisa el estudio completo en https://minmujeryeg.gob.cl/